Sobre la obra
En el pequeño salón, de cuyas paredes cuelga el pasado, suenan las teclas de una máquina de escribir y las notas de un violonchelo. Son André y Dorine: una singular pareja de ancianos que, como tantas otras, ha caído en la desidia provocada por la rutina.
Pero un suceso viene a romper esta monotonía: la enfermedad. El alzheimer, nuestro gran antagonista. Devorador de los recuerdos, de la memoria, de la identidad. Se inicia entonces un volver a empezar en la relación entre André y Dorine. Un viaje a través del recuerdo. Recordar quiénes han sido para no olvidar quiénes son.
Kulunka Teatro propone un teatro sin fronteras, con un lenguaje que trasciende más allá de la palabra. «Tan emotivo que despierte la risa, y tan cómico que de ganas de llorar». Para ello se apoyan en un teatro del gesto, en el que la máscara actúa como puente hacia otro mundo de una poética visual entrañable. Sus máscaras, de grandes rasgos, tan expresivas, tan llenas de vida, abren las puertas del imaginario y nos transportan hacia un universo en el que todo es posible.
«Sin pronunciar una sola palabra, estos tres jóvenes transmitieron a través de la expresividad de las máscaras toda una serie de sensaciones, por lo que al finalizar la obra, una larga ovación de los asistentes no se hizo esperar, reconociéndola como una de las presentaciones más hermosas.» El Mundo
La prensa dice
Crítica de P. Bujalance (Málaga hoy)
Crítica de Roberto Herrero (Diario Vasco)
Crítica de Mikel Bilbao (El Correo)
Crítica de Jonás Sainz (La Rioja)