El Corral ha preparado un mes de febrero centrado en el abordaje de diferentes colectivos y temáticas, especialmente ligadas a la infancia y la juventud, para generar conciencia y reflexión. El primero de los montajes en llegar es Yellow Moon (La balada de Leila y Lee), una obra sobre las luces y sombras de la juventud. Tras ella, aterriza Yo, travesti, una “alterficción” creada por Josep Maria Miró para Roberto G. Alonso sobre el arte del transformismo. Ofrenda a Cupido, una infancia soldada aborda la problemática de esas infancias robadas, una fábula a partir de hechos reales. Finalmente, 337 Km es la última propuesta de este mes bisiesto que habla con franqueza del Síndrome de Asperger en una historia conmovedora tanto para público juvenil como adulto.
Paloma Córdoba, Raúl Pulido, Savitri Ceballos y Juan Ceacero protagonistas de Yellow Moon (La balada de Leila y Lee) | Foto: Luz Soria
Un viaje de autodescubrimiento
Afirma Beatriz Jaén que cuando leyó el texto del dramaturgo escocés David Greig “me enamoré enseguida del texto y de los distintos universos que despliega el autor con esta historia. Por momentos son universos cargados de violencia y, por otros, de una gran ternura. Hace un par de años me di cuenta de que llevaba tiempo con muchísimas imágenes y sensaciones en la cabeza relacionadas con la obra y que, aunque fuera pasando el tiempo, ahí seguían acompañándome”. Así fue como la directora y productora, premio de la Asociación de Directores de Escena (ADE) a directores emergentes 2022, decidió llevar a escena Yellow Moon (La balada de Leila y Lee).
La obra toma como referentes algunos títulos cinematográficos y del universo de directores como Ken Loach y Terrence Malick. “’Sweet Sixteen o Badlands son películas donde los protagonistas son jóvenes con vidas complejas y que querrían vivir al margen de las normas, tal y como les pasa a Leila y Lee. Además, los ambientes de esas películas también aparecen en mi montaje: en la de Loach aparece la peligrosa ciudad y, en la de Malick, el bosque y sus hechizos”. Un montaje que ha tenido una gran acogida y recala en el Corral para contar un viaje de autodescubrimiento y, por qué no, un viaje hacia el amor. Se representa los días 2 y 3 de febrero.
Roberto G. Alonso y Jordi Cornudella en una escena de Yo, travesti en la cárcel Modelo de Barcelona |
Foto: Alice Brazzit
El ‘Universo Miró’ recala en el Corral
Roberto G. Alonso ideó un espectáculo para el que necesitaba el talento dramatúrgico de uno de los autores en lengua catalana más representados y traducidos en la actualidad. Su amigo, Josep Maria Miró le escribió una “una carta de amor que intenta arrojar luz a esa cultura que se deja en los márgenes”. Esta semana, tanto Roberto como Josep presentaban en el Teatro La Abadía esta propuesta que se enmarca en lo que se ha denominado ‘Universo Miró’, ya que aglutina varias obras del autor catalán tanto en Abadía como esta propuesta en Corral. Roberto G. Alonso, artífice de la idea e intérprete agradecía a Josep Maria el regalo que le había hecho con este texto, bautizado por el autor catalán como “alterficción“: “Es un privilegio que un autor te escriba un texto tan personal, tan Roberto, tan yo, travesti”.
Roberto añadía en la rueda de prensa que la obra lleva la impronta de Josep Maria: “tiene la profundidad, la reflexión sobre nuestra sociedad, sobre el ser humano, pero además tiene algo que en sus textos no ha dejado ver y es sentido del humor. Reiréis y disfrutaréis viéndolo“. Por último, apuntó a la profunda reflexión a la que invita la propuesta sobre cómo la sociedad recibe la diferencia y “cómo nos adaptamos los que nos hemos podido sentir diferentes y cómo el travestismo y el transformismo también se reivindica como arte para estar en un escenario y no detrás de él”. Yo, travesti se representa ahora en otro espacio de igual singularidad, el Corral de Alcalá, después de su representación en la emblemática cárcel Modelo de Barcelona, los días 9 y 10 de febrero.
Escena de Ofrenda a Cupido, una infancia soldada | Foto: cedida por Curtidores de Teatro
Una fábula sobre infancias rotas
Rosario Ruiz Rodgers, directora y dramaturga de esta propuesta a partir de los textos de Claudia Tobo, Isabel Pamo y Raúl Tirado, comenta que “hace cinco años empecé a hablar escénicamente del conflicto armado en Colombia y de su repercusión fuera del país. Invité, entonces, a un equipo artístico internacional para crear una primera obra, Río Claro. Durante el proceso de investigación de esa obra, vimos cómo la guerra y la destrucción de la naturaleza repercute directamente en la infancia; hay un foco constante en el reclutamiento forzado y el matrimonio obligatorio de menores”.
Este fue el punto de partida del equipo de Curtidores de Teatro para empezar a trabajar en este proyecto que llega al Corral, el momento en que decidieron “hablar de la infancia y la juventud en un entorno de conflictos bélicos, de cambio climático de empobrecimiento social”. Ofrenda a Cupido, una infancia soldada es un documento escénico, una fábula que parte de hechos reales donde escucharemos el relato de muchas de esas infancias truncadas. “Por fortuna el arte nos abre campos para hablar de todo lo humano y lo divino. Nosotros vamos buscando resquicios, ir allí donde nuestra voz aporte, dé coraje a otras personas. En este caso las jóvenes, los chavales son para mí un tema constante; quiero aportar a nuestro futuro y plantar espacios para ellos”, afirma Rosario sobre la elección de la temática. Ofrenda a Cupido, una infancia soldada, protagonizada por Isabel Pamo y Raúl Tirado, llega al Corral el sábado 17 de febrero y, según sus creadores, esperan que el público “se sienta vivo y activo para participar en los cambios de la sociedad”.
Escena de 337 Km con Lidia Navarro y Néstor Goenaga | Foto: Julio Provencio
Visibilizar y acercar el autismo
337 km, escrita por Manuel Benito y dirigida por Julio Provencio, aborda de lleno el tema del Síndrome de Asperger, un trastorno incluido dentro de los del espectro autista. Las personas afectadas por este trastorno muestran dificultad en la comunicación y en las interacciones sociales, y un gran interés en una determinada área del conocimiento. Con la debida familiarización con su situación por parte del entorno que les rodea, pueden llegar a llevar una vida normal y desarrollar ampliamente sus grandes capacidades. Por ello, desde la Belloch Teatro “consideramos que es un tema de gran importancia para tratar con los adolescentes de entre doce y dieciocho años, y a ellos, y a sus familiares, va dirigido este proyecto“.
La propuesta cuenta la dificultad de adaptación de Tonín (Néstor Goenaga), un chico de nueve años, cuando se le saca de la rutina y debe convivir varios días solo con su padre, Javier (Clemente García) ante un viaje inesperado de su madre, Gloria (Lidia Navarro). Tonín se refugia en su tema preferido, la carrera espacial, para tratar de asimilar los cambios, al mismo tiempo que Javier sigue una carrera contrarreloj para recuperar el afecto de su hijo durante los diez días que estará ausente Gloria.