El actor Tomás Pozzi reivindica el papel de la mujer en la sociedad actual en la nueva obra teatral de Tomás Cabané
El mes de los enamorados llega al Corral de Comedias de Alcalá con una función sobre el amor, sobre el miedo al desamor, a no ser correspondidos, a la soledad, pero también una historia sobre un amor intergeneracional, sobre la espera.
Querido Capricho la obra de Tomás Cabané y protagonizada por Tomás Pozzi, llega al Corral de Alcalá los días 3 y 4 de febrero con sus últimas funciones, para hablarnos sobre lo caprichoso del amor.
Esta es la historia de Amanda, que enamorada de un joven veinte años menor que ella, se encierra en su habitación a esperar su llamada, con la única compañía de su perro Hércules.
Tomás Pozzi interpreta el papel de Amanda. Nos contará un poco más sobre esta espera, sobre la representación de la mujer en la actualidad y la necesidad de contar este tipo de historias para romper, de una vez por todas, con los mitos culturales y sociales que han cargado las mujeres durante toda la historia.
PREGUNTA: ¿Qué historia va a encontrarse el público que vaya a ver Querido Capricho?
RESPUESTA: Es la historia de una mujer que se enamora de un chico 20 años más joven. Tienen 8 encuentros juntos y él le hace la simple promesa de que la llamará, así que ella decide encerrarse en su habitación a esperar su llamada. Es todo lo que ella va reflexionando y pensando mientras está esperando esta llamada. Reflexiones acerca de la vida que tiene, de su relación con su hermana, con los hombres… La idealización del amor romántico.
P. Al ser partícipes de esta reflexión personal que hace la protagonista de la obra, ¿Qué aprendizaje pueden llevarse los espectadores de la obra?
R. Creo que un poco la misma reflexión que fui haciendo yo como actor mientras fui encontrando a Amanda. Por esos momentos y esas situaciones hemos pasado todos, el amor, el desamor, el miedo, el capricho. Hay cosas que ocurren simplemente porque es un capricho, como enamorarse de alguien 20 años menor. A veces hay que dejarse llevar por estos impulsos, por lo que ocurre antes de pensar.
Yo siempre cuento lo mismo, pero fue muy fuerte hacer esta función y amo hacer esta obra porque me ayudó realmente a conocerme a mi mismo. Hablaba a través de Amanda y muchas veces estaba hablando más yo que nunca a través de sus palabras. Siento que mucha gente se va a sentir representada con alguna frase.
P. Cuentas que esta obra comenzó a construirse antes de la pandemia, y para quien no lo sepa, participaste en la creación del texto junto a Tomás Cabané, ¿Cómo fue ese proceso creativo?
R. Trabajar con Cabané para mí es muy fácil porque llevamos mucho tiempo trabajando juntos. Hay un universo que compartimos.
Yo tenía esta historia dando vueltas en la cabeza, siempre me interesaron los personajes femeninos, siempre. Son universos que me apasionan, pedir permiso para vivirlos y habitarlos. Entonces, el punto de partida que le propuse a Tomás realmente fue repensar cómo después de todo lo que está pasando, toda la relfexión que estamos viviendo con respecto a la mujer. Hay que tomar un posicionamiento y eso me parece maravilloso. Qué visión nueva puedo aportar volviendo a habitar estos universos, que no sea la misma que aportaba al interpretar personajes femeninos diez años atrás.
Y a partir de ahí, Cabané escribe el texto. Mi aportación fue releerlo, decirlo en voz alta, memorizar. En las pruebas cambiaba la forma de decir las cosas o improvisaba. En realidad, mi aporte fue darle voz a ese personaje para que él lo pudiese escuchar y ver si le convencía o no.
P. Nos comentas que desde siempre has habitado personajes femeninos y que disfrutas mucho de ello pero que querías darle una nueva visión, de cómo es ser mujer ahora, en la actualidad, y no hacer lo mismo que cuando la interpretabas hace 10 años, ¿Ha supuesto alguna dificultad para ti este proceso de interpretación?
R. Lo que nosotros sí tratamos de huir fue de la caricaturización, no hacer ninguna construcción, ni con pelucas ni con vestidos, el único elemento que tenemos son pendientes, unos pendientes que utilizo. Y hay un juego en esta relfexion que acabo conviviendo yo, Tomás, con ella en el escenario, y esos pendientes son el universo para mostrar cuando está ella o cuando estoy yo. Quisimos que estuviese realmente la esencia, no que fuese un disfraz. Estamos muy felices porque algo que ocurrió siempre después de cada función es que la gente nos felicitaba porque sólo a través de los pendientes pudieron ver que ella estaba ahí presente.
P. Al interpretar y meterte en el personaje femenino de Amanda, habéis tratado temas como el mito del amor romántico y el peso que ha tenido esto en las mujeres, ¿Por qué crees que es importante que se sigan tratando estos temas sobre la carga cultural que han vivido las mujeres durante la historia?
R. Pues para mí es importantísimo, es importantísimo para liberarnos de muchas cosas. Si se siguen repitiendo patrones, es que se debe seguir hablando de las cosas. Si nos sigue tocando que una mujer tenga relaciones con un chico más joven habrá que seguir hablando de ellos porque es exactamente igual que si lo hace un hombre.
No creo en otra manera de romper estos mitos con los que cargan las mujeres durante tantos años, el príncipe azul que te rescata… Todas esas cosas hay que derribarlas por completo.
P. Abarcando el tema femenino habéis querido tener en cuenta a las amigas de la protagonista, ¿Qué aporta esto a la obra? ¿Podría considerarse como una Oda a la sororidad entre mujeres?
R. Esto fue una idea de Cabané. Al ser un monólogo unipersonal pensaba en quién iba a ser el receptor del texto, aparte del espectador. Entonces ahí en ese juego apareció esta forma dramatúrgica que es Amanda grabando cintas a sus amigas.
Sí yo diría que es justamente una oda al apoyo y a no sentirse sola. Siempre necesitamos un sostén y claramente el sostén en esta función es entre ellas, no hay otro. Aunque no nos queríamos quedar sólo con esa lectura, hay otra también con su relación con su hermana, que es otro tipo de relación que justamente tiene que ver con la falta de apoyo.
P. Ya para finalizar, ¿Por qué debería el público ir a ver Querido Capricho?
R. En mi opinión por dos motivos, uno de ellos mucho más general, que tiene que ver con poner en común entre todos esta reflexión que tiene que ver con desmitificar estos mitos. Además se van a sentir identificadas con lo que se cuenta y lo que está viviendo, porque nos ha pasado a todos en algún momento.
Después a título personal, tanto a Cabané como a mi nos pasa que estamos súper ilusionados por presentar en el Corral, que es un lugar que veníamos muchos años intentando estar con esta función. Son las últimas dos representaciones del espectáculo, cerramos ya con estas dos funciones el 3 y el 4 de febrero en el Corral y para nosotros es emocionante poder compartilo con la gente y darle un cierre como merece a este viaje.