Tres músicas, tres culturas

Sobre la obra

El Quarteto Medieval de Urueña, que toma su nombre del de la villa vallisoletana en la que se encuentra el Museo de Instrumentos del Mundo, – donde se exponen parte de los fondos de la colección de Luis Delgado – fue fundado por este último y César Carazo en 1998, con el propósito de llevar a cabo un trabajo, creativo a la vez que riguroso, sobre la música medieval de la Península Ibérica, sin ignorar las influencias del Magreb y de la Occitania medieval, y partiendo para ello de la labor de musicólogos especializados en el tema.

No existe duda histórica de la convivencia que se desarrolla en la España medieval entre judíos, musulmanes y cristianos: en muchos pueblos y ciudades de la Península la llamada a la oración desde el alminar dejaba paso al tañer de los campanarios cristianos, en unas calles en las que los sefardíes celebraban su fiesta de Purim.
Fue un período protagonizado y compartido por las tres religiones y que frecuentemente es esgrimido por historiadores y sociólogos como ejemplo de coexistencia cultural y humana.

En “Tres músicas, tres culturas”, el Quarteto de Urueña transita por estas músicas que no sólo compartieron espacio y tiempo, sino también unos instrumentos cuyos principales aspectos conocemos gracias a nuestra tradición y a las representaciones iconográficas de Alfonso X el Sabio y de los pórticos de iglesias y catedrales de la época: campaniles, cítolas, laúdes, sinfonías, violas de brazo, gaitas, adufes, etc.

Un recorrido a través de canciones sefardíes recogidas en la tradición balcánica y en el Magreb, canciones de trovadores dirigidas al mundo árabe, música andalusí marroquí y las Cantigas de Alfonso X el Sabio.