Madrid: de pícaros a majos

Sobre la obra

“En los textos, ritmos y melodías de las canciones de nuestro concierto, hay algo que trasciende a los estilos y modas imperantes en cada momento. Son canciones que, además de su calidad, su ternura o su “tronío”, tienen algo en común aunque estén escritas con muchos años de distancia (de los inicios del XVII hasta bien entrado el XIX) y que atesoran la capacidad de reconocernos en ellas.

Desde hace siglos, a España se la ve desde fuera con ribetes de exotismo. Incluso, hubo momentos en los que un viaje a nuestro país era tan exótico como ir a Oriente. Desde luego, el siglo XIX nos ha dejado una extensísima lista de obras literarias, pictóricas o teatrales en las que lo pintoresco es el motivo generador para sus autores. En el caso de la música, muchos compositores (algunos de gran altura) derrocharon un gran talento en convertir materiales muy populares en piezas para el concierto, para la cámara o el salón.

Si vamos más atrás, al siglo XVII, no encontramos, lamentablemente, una cantidad importante de partituras que muestren esta unión entre lo culto y lo popular, pero sí ejemplos literarios -del mayor nivel- que ilustran y documentan cómo y con qué música se cantaban. En las obras de Cervantes aparecen poesías (romances o seguidillas) que son cantadas y validadas con músicas que él mismo nos indica (gallardas, folías, chaconas…) y de las que, ahora sí, tenemos abundancia de ejemplos sobre todo en los libros de guitarra barroca. Así pues, se trata de unir esas letras con esas bases armónicas y re-componerlas al gusto del barroco español además de utilizar las partituras que, con todo su sabor, han llegado hasta nuestros días.

Y mención especial hacemos de José Marín (1618-1699), para muchos el mejor compositor de tonos humanos y, a la vez, autentico pícaro. Tenor en la Capilla de La Encarnación de Madrid, preso y torturado por graves delitos y artista reconocido por todos en su día.

Mucho más cercano a nosotros es el concepto de “majo”, definición de un estilo, una moda y hasta una actitud muy castizos frente a los usos imperantes en el resto de Europa. Infinidad de seguidillas y canciones inspiradas en lo popular autóctono, se compusieron, se cantaron y se bailaron desde mediados del siglo XVIII hasta bien entrado el siglo XIX. Se podría hablar, incluso, de una extendida reivindicación musical nacionalista”.

Felipe S. Mascuñano

Más información en www.madrid.org/fiestasdel2demayo/2014/index.html

Programa
Folías – Coplillas de Cervantes, Quevedo y populares – Música basada en piezas de Guerau, Sanz, S. de Murcia y Santa Cruz
Ojos, pues me desdeñáis – José Marín
Gallardas – Texto de Cervantes y música basada en piezas de Gerau, Sanz, Murcia y Santa Cruz.
Sepan todos que muero – José Marín
Si quieres dar – José Marín
Seguidillas manchegas – F. Sor
Las mujeres y las cuerdas – F. Sor
Seguidillas de Fernando el VII – Anónimo
Cesa de atormentarme – F. Sor
Bolera y Caña – Anónimo
El polo del contrabandista – M. García
Trípili Trápala -B. de Laserna