Ada Byron, la tejedora de números

Sobre la obra

Esta obra, ganadora del XVIII Premio Jovellanos 2023, comienza cuando Ada Lovelace, o Ada Byron, precursora de la computación, se encuentra en la cama, muy enferma, y en su delirio ve a su padre muerto (Lord Byron), con el que repasa su propia vida, en la que las matemáticas adquieren un gran protagonismo. Este repaso vital contribuye a que padre e hija se conozcan y surjan revelaciones y reproches que hacen cambiar la concepción que Ada tiene de su existencia y le llevan a tomar una sorprendente decisión.

“La propuesta que presentamos está basada en un texto con cuatro personajes, a saber: Ada Byron, Lord Byron, Annabella, también conocida como Lady Byron (madre de Ada) y Charles Babbage. Todos ellos son personajes históricos de considerable relevancia. Quizá la de menor relevancia pública sea Lady Byron; sin embargo, su rebeldía a que la mujer fuese un simple adorno en la sociedad de la época, su idea sobre la educación de Ada y su constancia en hacer de ella una mujer independiente, fueron aspectos cruciales en el desarrollo de la vida de Ada Byron.

“Indagando, aunque sea solo superficialmente, en la vida de Ada Lovelace (1815-1852), cuesta creer que, incluso hoy en día, sea una figura tan desconocida en el ámbito general fuera del campo de La Informática. En primer lugar, por ser una mujer del siglo XIX, enormemente culta y adelantada a su tiempo. Una mujer fuera de lo común en aquella época, si bien su pertenencia a la clase aristocrática tuvo mucho que ver con su independencia. En segundo lugar, por ser hija de Lord Byron, aunque conservó el apellido de su madre por razones que luego se explicarán. Y, en tercer lugar, y quizá la razón más importante de su relevancia, por ser la primera persona que elaboró algo parecido a un programa de ordenador, cien años antes de que ese concepto apareciese.

Sin embargo, precisamente por su condición de mujer, sus investigaciones no fueron tenidas en cuenta seriamente hasta bien entrado el siglo XX. De hecho, se dice que, si se hubiesen valorado en su justa medida en el momento en que las publicó, el campo de la Informática estaría hoy como lo estará dentro de ochenta años. Pero ya se sabe que en aquella época una mujer no podía marcar la dirección a seguir en prácticamente ningún aspecto. Y mucho menos en los aspectos científicos”.