Dafnis Balduz, actor de ‘Polvo de diamante’: «La verdad interesa poco»

Dafnis Balduz

Una entrevista de Paula San Millán

Actor de teatro, cine y televisión, Dafnis Balduz, cuenta con más de cuarenta títulos teatrales a sus espaldas, es un rostro conocido del audiovisual catalán y nacional. Junto a Nelson Valente es uno de los intérpretes de Polvo de diamante, que estará los próximos 4 y 5 de abril en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Charlamos con él acerca de la función, que toma como punto de partida la vorágine mediática surgida alrededor de una brutal agresión homófoba denunciada por un chico de 20 años en Madrid en 2021. Todo el mundo se volvió en contra de la víctima cuando descubrieron que aquello que denunciaba no había ocurrido realmente.

La trama y la temática de la obra parten de un caso real, ¿verdad?

Está inspirada en un hecho real. Parte de una noticia sobre una denuncia a un ataque homófobo que sucedió en Madrid en 2021. Un chaval denunció que había sido agredido por unos encapuchados en su portal y que le habían escrito la palabra “maricón” en el culo con una navaja.  Eso no ocurrió así, pero tenía un parte de lesiones físicas. Algo le había ocurrido.

De esta noticia parte nuestra función, pero todo lo que contamos en ella no concuerda en absoluto con el caso real. Y si concuerda es puro azar porque él no ha concedido ninguna entrevista ni ha contado lo que le pasó. Solo sabemos que hubo un linchamiento mediático de la hostia.

¿Y cómo ha sido el proceso? ¿Has participado desde el principio?

Yo soy un poco el culpable, en realidad. Me llamaron para participar en la final del IX Torneo de Dramaturgia de las Islas Baleares con Polvo de diamante. Ganamos el concurso y le pedí permiso al autor, Pau Coya, para mover la historia. Y me dijo que sí, entonces me puse a ello. Encontré productor, sala, director y actor. Enredé a todo el mundo, la hicimos y fue muy bien. Ahora estamos con la gira, que termina en mayo, y tenemos muchas ganas de moverla por todo el país. Además, una productora nos ha contratado para hacer la adaptación cinematográfica de la obra. Pau y yo hemos sido los guionistas y se está levantando la financiación para hacer la película.

¿Qué fue lo primero que te atrajo de este proyecto?

A mí me interesó mucho la estructura de la obra, los saltos en el tiempo y cómo se construye la ficción a partir de la noticia. También me parecía una buena oportunidad para plantear por qué alguien cree que el mejor camino es una mentira. ¿Por qué un chaval de 20 años tiene tanto miedo a lo que le puedan decir, a como le puedan juzgar si dice la verdad? ¿Y en qué momento los demás prescindimos de preguntarnos qué ha ocurrido aquí, además de la mentira? Además, me motivaba mucho el hecho de interpretar a diez personajes a lo largo de la función.

¿Qué tal has vivido eso a nivel interpretativo?

Nos planteábamos de qué manera íbamos a hacer los cambios. La idea era ser sutiles, pero que se entendiesen. El trabajo con Nelson Valente, el director fue una maravilla. Encontramos muy rápido el camino a pesar de las crisis normales del proceso.

En Polvo de diamante los actores destacáis mucho, ya que se trata de una puesta en escena muy desnuda

Sí, solo tenemos tres elementos: dos sillas y una mesa que nos sirve para todo. Son los actores y la palabra. Es teatro de texto puro y duro, pero con mucho juego porque cambiamos de escena, de tiempo y, en mi caso, de personaje. Todo es muy rápido. Es un artefacto teatral muy potente, pero hay que encajarlo muy bien. La luz nos ayuda mucho también. Pero sí, estamos muy desnudos. Por momentos literalmente, incluso.

Fotografía de Sergi Panizo

Volviendo al tema de la obra. Estamos en un momento muy convulso a nivel mediático en el que estamos acostumbrados a ver como se ensalza a un personaje para a continuación destruirle, y esto también afecta grupos, colectivos… ¿Qué cosas crees que estamos pasando por alto en esta vorágine mediática?

Creo que interesa poco la verdad. Interesa lo que pueda ser controvertido, lo que genere muchos clics. Pero esto ocurre desde hace mucho tiempo. Lo que pasa es que las redes sociales han ayudado a que sea cada vez más extremo y anónimo. A mí me sorprenden mucho las cosas tan tremendas que se dijeron de este chaval. La única declaración que hizo con el micrófono en la puerta de su casa fue: “Estáis contando cosas que no son verdad”. Me flipa que nadie haya querido descubrir lo que le pudo suceder.

¿En qué aspectos os gustaría arrojar luz?

Hemos huido muchísimo de hacer una cosa pedagógica. Polvo de diamante no es un panfleto. Cada persona que ve la función se plantea qué es lo que le toca de todo aquello. El público completa la función.  Al fin y al cabo, tocamos muchos temas en la hora y veinte que dura la función: el amor, el desamor, la pérdida, la mentira… son cosas transversales que nos afectan a todos.

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