El actor, bailarín y creador escénico llega al Corral con Sweet Dreams. Una obra que mezcla humor, danza e historias propias para hablar de las ganas de vivir.
Alberto Velasco es actor, director de escena, bailarín e imparte talleres en diferentes disciplinas de las artes escénicas. Este teatro ha podido hablar con él de su trayectoria y de Sweet Dreams, su última pieza que se llevó el premio Godoff al mejor espectáculo en 2022 y el premio de la Unión de Actores a la mejor interpretación en 2023, que llega al Corral los días 22, con coloquio posterior, y el 23 de diciembre a las 19:30 h.
Corral de Comedias – ¿Cómo nació Sweet Dreams?
Alberto Velasco – Sweets Dreams nació en un momento de búsqueda, de volver a encontrarme en el escenario. En un momento en el que no había mucho trabajo, de repente recibí una llamada de Laila Ripoll para invitarme a hacer una pieza corta en Madrid en Danza 2021 y me propuse hablar sobre el amor y sobre las ganas de vivir, pero me salió una pieza muy oscura. Y ahí se quedó. Al año siguiente, invitado por Nave 73, pude hacer esta pieza más larga que es en lo que se ha convertido ahora Sweet Dreams. Así nació, un poco por necesidad de volver a estar en escena yo solo y volver a contar mis cosas.
CC: ¿Qué se va a encontrar el público del Corral de Alcalá que vaya a ver la obra?
A.V: El público se va a encontrar una obra al principio extraña, pero muy luminosa. Una obra que va a hablar de ellos. El público se va a ver reflejado en un espejo, en situaciones y pensamientos que tenemos todas y todos. Creo que se van a encontrar un poco a sí mismos a través de mí y yo me voy a encontrar un poco a mí a través de ellos. Es una obra que invita mucho a la comunión y al rito de estar todos juntos compartiendo algo y, sobre todo, de una manera muy luminosa.
CC: La obra habla de aspectos comunes a todos, como la identidad, el amor, el dolor o la pérdida de la ilusión. ¿Cómo ha sido la respuesta del público?
A.V: La respuesta del público ha sido muy emocionante. Yo utilizo mis propias experiencias. Lo que yo voy transitando en la vida, lo transformo en ficción o en arte. A través del engranaje de la autoficción, invito a los espectadores a que tengan su propio viaje. Está siendo muy emocionante porque viven la experiencia conmigo, les noto que se agarran de la mano conmigo y están juntos. Se ríen un montón, los oigo emocionarse y se generan conversaciones muy bonitas a raíz de haber venido a ver la función. Uno puede pensar que solo los artistas pasamos por crisis de validación, pero realmente no, es algo más profundo que nos atraviesa a todos los habitantes de este planeta.
CC: La danza tiene un papel muy importante en Sweet Dreams. ¿Puedes hablarnos de tu trayectoria en la danza? ¿Quiénes han sido tus referentes?
A.V: Sí, la danza tiene un papel muy importante en mi vida. Yo empecé bailando danzas populares y luego nunca seguí la carrera. Después de bailar jotas, flamenco, bailes de salón, en el pueblo con una profesora muy buena, que me transmitía un amor por la danza maravilloso, nunca decidí hacerme profesional. Yo no tenía referentes que bailasen, ni gordos, ni hombres. Entonces entendí que ese mundo no era para mí. Estudié arte dramático y ahí redescubrí a la danza a través de los trabajos de grandes creadoras como Pina Bausch, Peeping Tom que utilizan los cuerpos para contar historias. Cada cuerpo es portador de unas historias y el movimiento se traduce como dramaturgia. Me puse a entrenar, a aprender danza contemporánea, release, contact, técnicas de Graham, a formarme.
Las personas que han marcado mi carrera profesional han sido Marta Carrasco, Chevi Muraday. Ahora trabajo en la dramaturgia de sus piezas con el creador flamenco Manuel Liñán y me emociona mucho tener este viaje de dos direcciones, como intérprete de la danza pero también como acompañamiento en la dirección de escena a bailarines o coreógrafos.
El humor, no solo como herramienta ante el dolor, sino como herramienta ante grandes enigmas de la vida
CC: Después de varias ciudades Sweet Dreams finaliza la gira de este año. ¿Qué balance puedes hacer después de este tiempo?
A.V: El balance está siendo muy positivo. He viajado por toda España. Tanto a plazas más alternativas, como a plazas más mainstream. Es muy emocionante que tu obra interese y que llegues a sitios y haya gente que pague una entrada para verte y saber qué es lo que le tienes que contar. Es muy emocionante y con ganas de volver a coger la furgoneta.
CC: En Sweet Dreams planteas la pregunta de por qué somos como somos. Después del recorrido del monólogo durante estos años ¿has encontrado alguna respuesta?
A.V: No tengo ni idea de por qué somos como somos. En esa búsqueda incansable, el ser humano ha creado la filosofía, el misticismo, la religión, la psicología, el psicoanálisis para dar respuesta a por qué somos así. Yo hago un mix de todo eso y me embarco en un viaje personal para lograr entenderlo. Para poder transformar cosas que no funcionan bien en nuestras vidas y poder vivir el resto que nos queda un poquito más en plenitud. Pero no tengo ni idea. Y creo que la vida al final es un poco eso, ¿no? No tener ni idea de por qué somos así e intentar desgranarlo. Al igual que intentar ir consiguiendo nuestras metas, nuestros sueños en ese recorrido.
CC: La obra, como hemos dicho, habla del dolor y de la decepción, pero siempre a través del humor ¿Puedes explicar cómo utilizas el humor como herramienta ante el dolor?
A.V: Para mí el humor es muy especial. Conectas con el público de una manera muy directa; en cuanto hay humor, la gente se relaja y hay una atención muy específica que luego te permite poder viajar con el público y darle alguna que otra bofetada que no se esperaban porque se estaban riendo. Este juego me gusta mucho, de la caricia y la bofetada. Pero el humor, no solo como herramienta ante el dolor, sino como herramienta ante grandes enigmas de la vida y quitarse peso de todas estas cosas que pueden parecer muy intensas. Me parece fundamental. Además, yo creo que el humor nos ayuda a entendernos también mucho como personas y a entender los vínculos que establecemos.
CC: ¿Tienes algún proyecto en mente en la actualidad?
A.V: Tengo un próximo proyecto, otra pieza unipersonal de danza, que será estrenado en el Festival Internacional de Valladolid TAC en mayo, y que habla del folclore, de la tradición, de la mitología, a través de un prisma de vanguardia. Será un espectáculo de calle, de danza, y en el que estoy muy ilusionado. Me han dado la residencia de la Compañía Nacional de Danza para desarrollar este proyecto, y entro a trabajar allí ya a la vuelta de las Navidades.
Y a la vuelta de las Navidades también entro como actor en un montaje del Centro Dramático Nacional dirigido por Lola Blasco, El teatro de las locas.
Si quieres venir a ver Sweet Dreams en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares los días 22 y 23 de diciembre consigue tus entradas aquí.