Mediante una intencionada selección de las más significativas canciones que Kurt Weill compuso para varias obras teatrales de Bertolt Brecht, se perfila a grandes trazos el destino de una mujer arrastrada por el amor, el sexo, la miseria y el activismo político.
Un recorrido imaginario marcado por la pasión y la fantasía, y, al mismo tiempo, un espectáculo musical en el que cada una de las canciones - extraídas de La ópera de dos centavos, Esplendor y caída de la ciudad de Mahagonny, Final feliz y Réquiem de Berlín - constituye, por la fuerza expresiva de los arreglos musicales y la interpretación, un viaje independiente, distinto y con sentido propio.
En alemán, tan sólo una letra marca la diferencia entre duro (hart) y tierno (zart). En la Ópera de dos centavos, apenas un suspiro separa el no y el sí de la Barbara-Song. Ahí, en ese espacio, es donde se sitúa el Brecht de esta aventura escénica que mantiene, de principio a fin, "à bout de souffle" al espectador.
Vestuario: Sigolène de Cassy
Iuminación: Fabrice Gorgerat
Acordeón: Serge Broillet
Interpretación: Ariane Moret
Dramaturgia y dirección: Georges Gagneré